Dislexia -Dificultades Específicas de Aprendizaje-

Dislexia. DEA. Aprendizaje

El término dislexia -dentro de las denominadas Dificultades Específicas de Aprendizaje (DEA)– se ha prestado desde sus inicios a grandes controversias debido a su concepción confusa y a la simplificación de diversas problemáticas en relación al aprendizaje de la lectura y escritura. En este artículo quisiera compartir unas reflexiones a cerca de esta problemática.

El verbo leer, como el verbo amar y el verbo soñar, no soporta el modo imperativo”.

Jorge Luis Borges

¿Qué es la dislexia?

«Dislexia es el nombre que se emplea con desigual frecuencia en diversos países para clasificar, agrupar y tratar de comprender diversos trastornos del aprendizaje caracterizados en dificultades para reconocer de forma precisa y/o fluida las palabras escritas, así como por una merma significativa de la capacidad de descodificarlas y deletrearlas. Para muchos, la dislexia también se caracteriza por una lectura lenta, omisiones, inversiones o sustituciones de letras y partición de palabras» según describe el reconocido psiquiatra infantil Juan Vasen.

Se describe una presencia de alrededor de un 10% de la población, es decir unos 700 millones de personas. Lo que supone que tendrían dislexia un 4,6 millones de Españoles y cerca de 800.000 niños escolarizados. Por eso se la considera una de las dificultades específicas de aprendizaje (DEA) más comunes.

El término surge en 1895 para denominar ciertas dificultades en pacientes que han padecido traumatismos con daño cerebral. ¿Cómo de ahí se llega ha generalizar a los niños que omiten, alteran letras o no comprenden lo que leen es toda un interrogante y da muestra de la confusión y diferentes maneras de definir la Dislexia.

¿Causa o causas de dislexia?

La causa podría deberse a un trastorno neurobiológico y genético. Algunos afirman que la alteración podría ser en ciertas alteraciones genéticas de los genes 6,15,12; para otros, a alteraciones anatómicas en el área temporal, cuerpo calloso o área occipital y para otros podría tratarse de alteraciones funcionales a nivel cerebral.

Dada la gran variabilidad de resultados obtenidos en diversas investigaciones se piensa en causas poligénicas para la dislexia, es decir, que puede afectar a varios genes o que pudiese deberse más a combinaciones genéticas heterogéneas, por eso las últimas hipótesis apuntan a un déficit múltiple.

Aunque a veces se tomen por válidas la realidad es que aun «no hay acuerdos ni tampoco evidencias científicas que hayan demostrado estas causas.» (Affonso Moyses, M. A: y Lima Collares C) A pesar de esto suele confundirse el necesario correlato orgánico de todo lo que hacemos (cualquier emoción o aprendizaje se asientan en circuitos cerebrales) con causalidad orgánica. Si bien podemos identificar ciertas áreas del cerebro que pueden estar asociadas con la lectura, estos hallazgos quizás prometedores para el futuro aún no pueden ser utilizados criteriosamente para propósitos diagnósticos . (Juan Vasen)

Estamos ante causas mucho más complejas en la que tal vez interactúan diversos factores en los que la genética podría ser uno de ellos. Algunos prestigiosos científicos genetistas advierten de la necesidad de ser cautos a la hora de estimar la contribución de lo genético y de lo ambiental. (Kornblihtt, A. 2013; Penchaszadeh, V. 2014) Haciendo hincapié en el derecho a la salud y al buen uso de la ciencia «Un genoma es sólo tan bueno como el ambiente en el que se encuentra. Una ciencia no es buena ni mala sino depende de cómo se usa, quién con qué objetivo y con qué control social». (Penchaszadeh, V. 2014)

«Hasta el momento no se ha comprobado fehacientemente que el conjunto de dificultades diversas englobadas bajo el término «dislexia» tenga causas genéticas. El único punto de acuerdo parece ser el de realizar un reduccionismo biológico de las vicisitudes que aparecen en el proceso aprendizaje de dos actividades históricas, sociales y complejas como son la lectura y la escritura». (Fusca C.)

La dislexia y el TDA/TDAH

«Los niños piensan sobre la escritura.»

Emilia Ferreiro

A veces puede coincidir con el trastorno por déficit de atención/hiperactividad,  -otro trastorno controvertido- (TDA/TDAH) ya que los niños que presentan dificultades en la lectoescritura podrían dispersarse con mayor frecuencia. Cuando coinciden dislexia y TDA/TDAH se suele indicar medicación estimulante a pesar de las repetidas alertas sobre las contraindicaciones observadas y los índices de sobrediagnóstico del TDAH.

España tiene el triste honor de ser el tercer país después de EEUU y Canadá donde más psicoestimulantes y antidepresivos se prescriben a niños y jóvenes, a pesar de que se conocen numerosos efectos colaterales a largo plazo de este tipo de medicaciones.

Procesos cognitivos implicados

«No podemos reducir a un niño a un par de ojos que ven, un par de oídos que escuchan, un aparato fonatorio que emite sonidos y una mano que aprieta con torpeza un lápiz sobre una hoja de papel. Detrás (…) hay un sujeto que piensa y trata de incorporar a sus propios saberes este maravilloso medio de representar y recrear la lengua que es la escritura.»

Emilia Ferreiro

También se ha señalado como causa posible de la dislexia ciertas dificultades presentes en diferentes procesos cognitivos como déficit en la consciencia fonológica, en la memoria de trabajo, el bajo nivel en proceso visuales y auditivos y los factores atencionales. Aunque se consideran fuertes predictores de posibles dificultades tampoco existe acuerdo al respecto ya que es difícil separar causas de consecuencias y la relación parece ser bidireccional.

A pesar de estas inconsistencias dentro del ámbito profesional de la salud y la educación resuenan ciertas imposiciones tomadas como realidades únicas y homogéneas para todos los sujetos que insisten en la necesidad de diagnósticos precoces, que patologizan el proceso de aprendizaje, promulgando intervenciones basadas en ejercitaciones descontexualizadas, de habilidades decodificadoras, lecturas de pseudopalabras, oralización del texto y transcripción, dejando fuera el sentido y propósito comunicativo de las prácticas de lectura y escritura.

Intervenciones que pasan por alto que estamos ante procesos complejos multifactoriales donde los modelos de única causa han demostrado ser insuficientes ante las dificultades que presentan muchos niños que suelen tener diversas y múltiples causas y que pueden requerir de abordajes interdisciplinarios. Se la denomina dificultad específica de aprendizaje (DEA) en el DSM-V, cuando en nuestras consultas solemos encontrarnos niños que presentan diversas dificultades asociadas a las de lecto-escritura como ciertos concomitantes cognitivos que afectan su nivel de aprendizaje e inteligencia.

También es importante resaltar que ciertas dificultades en el aprendizaje suelen presentarse asociadas a otras dificultades como sucede en casos de disgrafía, discalculia, dispraxia, disortografía, que dan cuenta de la heterogeneidad y complejidad de la «dislexia».

La subjetividad

«Quiero cuentos, historietas y novelas
pero no las que andan a botón.
yo las quiero de la mano de una abuela
que me las lea en camisón.»

Maria Elena Walsh

Existe también otra manera de entender la dislexia -como tantas otras dificultades específicas de aprendizaje (DEA)- entendiendo que las dificultades de aprendizaje son diversas y se deben a causas muy diferentes, y que no es un puro problema de cociente intelectual o alteración neurobiológica, sino que en ellas entran en juego diversos aspectos subjetivos como son: los deseos, los afectos, los ideales, la historia familiar, las relaciones familiares y con el entorno cultural en el que se desarrollan.

No podemos hablar de dislexia sin pesar en un niño con su propia historia en relación con el aprendizaje escolar, construyendo sus propios modos de aprender. No puede dejarse de lado la existencia de la gran variedad de modos de vincularse, utilizar y trabajar con el lenguaje en las diversas personas, algunas con muchas facilidades y otros con diversas dificultades. La habilidad lectora sigue una distribución normal y la dislexia representa el extremo inferior en un continuo.

Variabilidad de factores en juego

«La buena lectura, distrae, enseña, cura» 

Refrán popular

La lectura y la escritura es más que una mera actividad mecánica, en ella se juega un modo de comunicarse con otro. Se accede a la lecto/escritura gracias a un deseo por aprender y se desarrolla en un vínculo particular entre el niño y el otro a quién le lee y quién le lee.

¿Podemos mirar únicamente a un niño-gen sin observar el contexto en el que se desenvuelve? ¿Su desarrollo psíquico y emocional? ¿El vínculo particular con su maestra? ¿Su relación con los iguales? ¿Las motivaciones que puede presentar para descubrir y apropiarse del mundo? Apropiación que logramos a través del lenguaje y que desde tiempos remotos la escritura posibilita registrar, dar significados y hacer perdurar las historias, los acontecimientos y los hechos vividos siempre desde la subjetividad humana.

Las neurociencias ofrecen poderosas potenciales contribuciones para un trabajo a futuro con los lectores que presentan dificultades, pero todavía no se ha constituido una solución al dilema conceptual y de definición alrededor de estos problemas. Sólo comprendiendo que los niños presentan problemáticas de aprendizaje y fracaso escolar producidos por infinidad de factores que interactúan y coexisten podremos ayudarlos.

Las dificultades de aprendizaje como señal de malestar

«No existen más que dos reglas para escribir: tener algo que decir y decirlo.»

Oscar Wilde.

Existen niños que presentan dificultades específicas de aprendizaje pero existen otros tantos a los que se les adjudica un déficit que no presentan. Me he encontrado en mi consulta que detrás de ciertas dificultades de aprendizaje, existían niños que presentaban fallas en su estructuración psíquica, otras veces las dificultades funcionaban como señales de conflicto psíquico, donde el hablar, el escribir o el leer tenían un valor y sentido en sus representaciones inconscientes y que hacía falta poder elaborarlos para desarticular su funcionamiento.

Para eso, «deberíamos entender qué nos proponen los niños cuando tratan de explicar un texto o cuando escriben omitiendo palabras, con errores, con pseudoletras. Cuando algunos días pueden escribir y otros no se les entiende nada. Cuando no atienden y atienden a otras cuestiones o les resulta imperativo entrar en movimiento. Cuando nos dicen que al aventura de aprender no es sin conflicto, cuando ponen en juego la polifonía de los procesos de aprendizaje». (Graciela Szyber)

El vínculo de la palabra

«La escritura es, originalmente, el lenguaje ausente»

Sigmund Freud

En el desarrollo psíquico y emocional de los seres humanos, el lenguaje tiene un rol protagónico. Se accede al lenguaje asociando los registros corporales internos y externos a una serie de fonemas que formarán parte de los primeros recuerdos que conservan las huellas del intercambio con el otro. Es a través del lenguaje como nos vamos apropiando de la realidad, siempre subjetiva.

En los inicios se trata de una experiencia pasiva y receptiva del bebe con su madre, donde estarán en juego las primeras representaciones de elementos acústicos, melódicos donde según el tono el bebé empezará a diferenciarlos. No responderá por igual a la nana cantada dulcemente que al grito en alerta de su mamá llamándole la atención a su hermanito mayor. Los bebés captan el cansancio de su mamá o la tristeza, no sólo en su tono de voz pero forma parte de un conjunto de señales que se van asociando.

En la medida que el psiquismo pueda desarrollarse y complejizarse contará con mayores modos de traducir y comunicar su realidad interna -pulsional- a través de los símbolos exteriores. Símbolos que forman parte de una configuración arbitraria para todos, si no compartiéramos esta configuración no nos entenderíamos. Por eso el deseo de apropiarse del lenguaje es una forma de sostener la vinculación con un otro.

Hablar, leer y escribir

«Estamos habitados por libros y por amigos». 

Daniel Pennac.

Aprender a leer y escribir tiene gran parecido con aprender a hablar. Los niños comienzan a hablar como pueden. ¡Y vaya que nos emocionan con esos primeros sonidos comunicadores! ¿Puede entenderse como mera casualidad que una de las primeras palabras suela ser mama y/o papá?

Los niños intentan comprender lo que dicen los adultos y van otorgando significación a las palabras -las que pueden ir entendiendo- según la interpretación del contexto. Poder hablar, leer y escribir son capacidades que se desarrollan en compañía en base al recorrido de nombrar y construir sentidos. Los niños observan, imitan, copian, juegan con los sonidos.

De forma similar desarrollan los niños la escritura y la lectura. En un principio omiten letras, las sustituyen, las permutan. Señales – errores normales y esperables- que van dando cuenta de una lógica del pensamiento infantil y de los modos de organización del conocimiento y de la legua escrita que van adquiriendo. Están interesados en decirnos algo, en escribirnos, por lo que el significado no puede quedar por fuera cuando de leer y escribir se trata.

Escribir es un trabajo complejo por el que los sujetos hacemos el esfuerzo de simbolizar, adecuándonos a las leyes formales de la lengua escrita. Es un esfuerzo subjetivo y cognitivo que realiza cada niño en un proceso de apropiación individual y colectiva. En un trabajo entre quienes aprenden y quienes enseñan, padres, maestros y niños.

Reflexión final de una amante de la lecto/escritura

«La lectura debe ser una de las formas de la felicidad y no se puede obligar a nadie a ser feliz»

Jorge Luis Borges

¿Existe algo tan intrínsecamente humano como la escritura y la lectura? Que muestre de manera tan fiel como la lecto-escritura, nuestra necesidad de comunicarnos, crear lazos gracias a palabras que como puentes pueden unirnos o como dardos venenosos a veces pueden distanciarnos de quienes queremos.

Las palabras van dando valor a nuestra realidad y nos permiten apropiarnos de ella como los grandes poetas saben hacer. Sujetos que escribimos cartas de amor, leemos poemas, narramos sucesos, redactamos documentos legales, compartimos vivencias, buscamos nuevas palabras que puedan describir un poco más lo que somos.

Por todo esto, pensar la lectura y la escritura como una mera actividad mecánica afectada únicamente por genes y que pudiese ayudarse a través de la repetición de actos mecánicos repetidos se me vuelve una idea bastante paupérrima para explicar esta preciosa capacidad humana que tantas emociones es capaz de reportar.

Bibliografía:

Janin, B; Vasen, J; Fusca, C. (Comps.)(2017) «Dislexia y dificultades de aprendizaje» Ed. Noveduc.
Forum Infancias Video Dislexia

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