¿Drogarse es cosa de chicos?

Drogarse es cosa de chicos

Mis reflexiones ampliadas de la entrevista que me realizaron ayer 4 de Junio en la radio autonómica, sobre adolescencia, parentalidad, adicciones y género. Tema que retoma la publicación de la investigación denominada Drogarse es cosa de chicos, desarrollada por a Fundación de Ayuda contra la Drogadicción de la (FAD) y presentada en la cede de la Delegación de Gobierno para el Plan Nacional de Drogas. En ella se recoge que los jóvenes, tanto las chicas como los chicos, creen que drogarse deteriora la imagen femenina y refuerza la masculinidad.

¿Por qué este doble prejuicio ante el consumo de la mujer?

Chicos – y no tan chicos -, suelen asociar el consumo a lo masculino… hagan la prueba en un bar. Si una pareja pide un agua y una caña ¿a quién le sirven la cerveza? Los adolescente son parte de la sociedad y lo que en ella les transmitimos, no siempre de modo consciente.

Las adicciones

Con respecto al consumo creo realmente que les hacemos un flaco favor a las chicas si queremos transmitirles que la equiparación pasa por hacer lo que hacen los hombres hasta en los aspectos más reprobables o riesgosos para la salud. Cuando no hablamos de un consumo puntual sino de una adicción siempre viene propiciado por motivaciones singulares para cada chica y cada chico- aunque no en todos los casos de un modo consciente – de inicio en algún suceso significativo en su historia subjetiva.

La adolescencia

No podemos pasar por alto todo lo que implica la adolescencia, todo el trabajo elaborativo que a los jóvenes les toca realizar. El mundo que caracteriza a la adolescencia, las fantasías, el desconocimiento de su propio cuerpo, la construcción de su identidad sexual, tener que dejar atrás lo conocido de la infancia para entrar en la adultez. El cuerpo y sus transformaciones al que están abocados a dominar y apropiarse. Abandonarse a sí mismos ante las necesidades y deseos, los puede llevar al descontrol e incluso a la autodestrucción.

Adolescentes que a veces rodeados por pseudoadultos que les hablan de colega a colega, que se resisten muchas veces a dejar su adolescencia a golpe de bisturí o de conquistas deportivas extremas.

Pensemos que son chicos y chicas a las que les toca adentrarse en terrenos desconocidos en busca de una mayor autonomía, decidir y enfrentarse a nuevos retos, sensibles a sus deseos y venciendo sus temores, como puede resultar el encuentro con el otro sexo. Donde se dan desidealizaciones y nuevas idealizaciones y los padres dejan de ser las figuras de referencia y protección.

El vínculo con un otro

El púber Harry Potter no le teme a dragones y conjuros, pero no sabe por donde empezar cuando de invitar a una chica a bailar se trata. No le vale su varita, que aún no sabemos si está para permitirle o entorpecerle su acceso a la sexualidad y el mundo adulto.

Así andan los adolescentes aún hoy con respecto a la intimidad afectiva, al vínculo profundo con un otro. Es más, hoy puede que tengan relaciones al poco de conocerse sin que esto venga acompañado de una confirmación en su identidad sexual, ni mucho menos una confianza o seguridad para relacionarse con un otro. Los chicos temen no dar la talla y las chicas, si ha cierta edad alguna no han tenido relaciones, puede pasar a ser la rara.

El alcohol siempre ha formado parte de la pre-salida, de la desinhibición a la hora del encuentro con un otro. Eso no quiere decir que no tenga consecuencias si se convierte en el único modo de acceso a un otro. O si siempre hay que beber para divertirse, y esto es complicado para chicos como para chicas.

Toda esta coyuntura adolescente, puede conducir a los jóvenes, en muchos casos, a aceptar el alivio y la satisfacción que prometen engañosamente todas aquellas sustancias que operan como objetos sustitutivos promovidos por nuestra sociedad de consumo.

Masculinidad

La masculinidad ha sido y continua en cierta medida, relacionado a una puesta a prueba de la potencia. Una competencia con otros hombres, en donde no vencer los ubica en el terreno de lo femenino. Una “nenasa” “¿A que no te animas a hacer tal cosa… a hacerte una selfie en ese muro o a tomarte 5 cervezas al hilo? La prueba como tal no tiene mucho valor sino más bien lo que se juega ahí es el animarse a hacerlo, la masculinidad, . Hoy en día los jóvenes hacen cualquier cosa y a veces el riesgo adolescente tiene que ver con eso, con una forma de atravesar la competencia. Tienen más alto índice de accidentes de tráfico los chicos que las chicas, por ejemplo, las aseguradoras lo saben de sobra.

Pretender afianzar su masculinidad – interrogada irremediablemente en el tránsito adolescente- a través de un repetido consumo no creo que lleve a buen puerto. Lo podemos pensar más como una señal de que algo no va bien en jóvenes tanto chicas como chicos y adultos, por supuesto también.

El machismo

El machismo aún lo padecemos, lo vemos en las desafortunadas noticias. Mientras sigamos en binario dividiendo el mundo en fuertes y débiles, hombres-mujeres, adultos- niños, ricos-pobres… Hay hombres muy desorientados ante todos los cambios que se han venido dando (y muchas mujeres también). El poder de lo masculino en el patriarcado empieza a estar en jaque.

Hoy la mujer, siempre ligada a puta, bruja, madre y virgen santa, lleva pantalones, sale a trabajar y se toma unas cañas con las amigas. Vivimos una sociedad machista y violenta para con las mujeres, los adolescentes son parte de esta sociedad y lo que les transmitimos. Impregnados en el: “Ella se lo buscaba, por como viste o por beber”

Antes los hombres tenían como un libreto sobre lo que implicaba ser hombre, trabajar largas jornadas fuera del hogar, traer el sustento a la familia… entre otros. Hoy con la incorporación de la mujer al mercado laboral, en donde en situaciones cuentan con salarios mayores, y tantos otros cambios requieren grandes ajustes para la sociedad en su conjunto.

Las mujeres han ganado un mayor acceso al espacio público, y algunos hombres lo pueden vivir como una competencia para con ellos. Están asustados ante ciertos lugares. El machismo no es sólo de hombres, es un problema de hombres y mujeres. No se trata de hacer lo mismo, ya que eso sería seguir tomando de base el patriarcado, sino más bien enriquecernos como sociedad tomando lo que la mujer desde su singularidad tiene para ofrecer y aportar.

Los padres del adolescente

Los adolescentes salen, y tienen que salir de casa, y se enfrentan a todo lo que conlleva. Como padres o educadores darles datos objetivos no les bastan: te puede hacer mal, es dañíno para tu salud, produce daño neuronal y dependencia al futuro… Sino que tiene mayor valor poder hablarles a los hijos con sinceridad. Esto requiere tiempo y no se instala en la adolescencia sino se cultivó el encuentro, la confianza y la comunicación desde la infancia.

Poder escucharlos, acompañarlos sin juzgar, ni agobiarlos con sermones, transmitiéndoles que pese a tratarse de cosas que a los padres les duelan prefieren saber y conocerlos, antes de enterarse por otros medios. No se trata de encerrarlos, vigilarlos, espiarlos… sino de ayudarlos en su transición adolescente. Transmitiéndoles que si los han criado y acompañado siempre, están dispuestos a conocerlos y quererlos tal como son.

Muchos de los cambios sociales importantes han venido propiciados por los jóvenes y han dado apertura al mundo poniendo en duda a las generaciones anteriores. Acompañémoslos para que junto a su desarrollo crezcamos nosotros también como padres y madres. Y si siente que algo no va bien siempre puede pedir ayuda.

Psicología divulgativa

Escuchar entrevista

Entrevista realizada por el programa Buenos Días Canarias, dirigido por Eugenio González en Canarias Radio la autonómica, el 4 de Junio 2019 sobre adolescencia, género y adicciones. En ella ha participado junto al colega especialista en drogodependencias Dr. Guillermo Guigou. En este artículo sólo he tomado mis reflexiones al respecto. Bibliografía de referencia: Bleichmar, Silvia (2014) Teorías sexuales en Psicoanálisis. Ed Paidos. Buenos Aires. Lutereau Luciano, (2019) Esos raros adolescentes nuevos. Ed Paidos Buenos AiresTubert, Silvia (2001) Un extraño en el espejo. La crisis adolescente. Ed. Ludus. Acoruña
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